martes, junio 08, 2010

UN TRATADO SOBRE LA MEDIOCRIDAD


Yo nunca he sido la persona más tolerante, mi astróloga de cabecera me informa que es porque vengo de Virgo a Libra en esta vida o algo así. Su recomendación es que primero sea más tolerante conmigo misma y que luego aprenda a perdonar las fallas de los demás.

Recientemente me he visto sujeta a un análisis de mi persona debido a una situación peculiar. Mi familia se muda, después de 21 años de vivir en la misma casa por fin nos estamos mudando, yo honestamente no puedo estar más contenta y bueno la cosa es la siguiente; Luego de que mi madre se tomara la molestia de gastar sumas exorbitantes de dinero en unos muebles de NOGAL (No caoba) y de que las cortinas, los pisos, la pintura, y el mismo apartamento hayan dejado en mi familia un déficit comparable al de mí maravilloso país nos encontramos a solo día del gran momento. Recordando aquellos primeros días pues yo solo pedí tres cosas: 1ro que una de mis paredes fuera roja (chequeado), 2do un ink mark de Audrey Hephburn como Holy Golightly (aparentemente está caro), 3ro el diseño de una camita pequeña pero acogedora.

Pues el problema principal radica en este tercer elemento… La cama fue hecha… MAAAALLLLLLL… parece la cuna para un bebé gigante y me roba muchísimo espacio de toda la habitación, que era precisamente lo que quería evitar al pedir una cama pequeña.

El adefesio en cuestión terminó costando una pequeña fortuna, yo me he enojado, he llamado al idiota (o mmg) del ebanista  para que fuera a ver de que iba el arreglo que le iba a tener que hacer a mi susodicha cama. En lo que ya yo estaba resignada  y al menos con una idea clara de lo que quería llegaron varias personas, con ideas constructiva pero que no veían lo que yo estaba viendo… La cama era fea, ya había sido pagada y a mi el cuarto no me estaba quedando bien.

A todo esto llega el rey de la casa (o dictador) y dice que a esa cama no se le va a hacer nada. Mi ánimo por el piso en este momento me hace rechazar cualquier brillante idea de alguien que no sea YO. Despotricó y a mi que nadie me joda, yo no quería cortinas caras, no quería una TV nueva, no quería escuchar a nadie… solo quería una maldita cama más pequeña y eso no parecía estar sucediendo.

Resulta que entre los testigos se encontraba la decoradora de mi casa que en ese momento estaba colocando unas cortinas, y me da el súper discurso de “tienes que ser agradecida por lo que tienes, mi hijo se moriría por todo lo que hay aquí y tú no lo aprecias… Anjá pendeja, entonces si yo te pago a ti por tu trabajo y lo haces mal, tengo que esta estar agradecida de que al menos hayas sacado el tiempo para hacerlo… PUES NO! Eso aquí y en todas partes es conformismo, y yo eso no lo tengo en mí sistema.

No entiendo la clase de sociedad en la que vivimos en la que se nos enseña, que es exigir lo justo, más o mejor, nos vas a ganar algún pecado divino, si usted no le puede comprar todo esto a su hijo esperemos que él tenga mejor suerte en el futuro y una visión más clara de lo que quiere para que lo consiga.
Hace unos meses, estaba hablando con alguien muy cercano sobre las cosas que espero de una pareja, lo que yo considero aceptable. Aparentemente soy muy exigente y creo que en el fondo me tildó de materialista, pero aclaremos algo…. Yo no quiero que alguien tenga dinero para pagarme cosas a mí, que me criaron con demasiado orgullo para eso, pero si espero que la persona con la que esté al menos me iguale en ambición… porque alguien que me explique, ¿quien se quiere unir a alguien para pasar trabajo? NADIE…. La persona en cuestión utilizó una frase que me pareció peculiar y que quisiera recordar con exactitud pero era algo como esto “yo no aspiro a lo que no puedo tener” ¿anjá? Y ¿a qué voy a aspirar entonces? ¿a lo que ya tengo?

También recientemente descubrí que esto aplica absolutamente para el progreso financiero… “uno sabe que progresa cuando el dinero ya no le da” al fin que nunca veremos un edificio salir del bolsillo del ingeniero, las necesidad crecen a medida que el nivel de vida aumenta, es tan sencillo como eso.

Por eso el conformismo y la mediocridad a mi parecer, van de la mano. Y yo, ni conformista ni mediocre.