Sentados uno frente al otro, mirándose fijamente y a la vez tan ausentes. Juegan al gato y al ratón sin tan siquiera saberlo. Cada uno con sus sueños y con sus metas... Son extraños compañeros de cama, son esclavos de una pasión incomparable, son súbditos de un amor sin sentido y víctimas conformes de sus suposiciones.
Caminan en puntillas uno al rededor del otro, se miran cautelosamente y solo dejan de hacerlo cuando un encuentro apasionado los hace cerrar los ojos. Lo que pensará él, lo que sentirá ella... son las ideas que invaden sus mentes y sin embargo no se atreven a preguntar, siguen temerosos, con miedo a conocerse y a entregarse completamente, miedo que los mantiene petrificados en una danza de momias sin sentimientos.
Ella que todo lo analiza, él que no conoce ese concepto. Dos personas básicas a su manera, dos corazones que se reconocen pero no se entienden, una batalla constante por mantener la paz, una droga de la que no se saben ni se quieren alejar.