Noche fresca y sin estrellas, el oscuro orgullo que me pertenece acompaña la triste melodía que atormenta mis oídos, una belleza indescriptible que pertenece a uno de esos largometrajes que no puedo compartir. El frío de una estación inexistente y la añoranza de quien aún no pierde su inoscencia hacen que mi corazón salte ante la perspectiva de poder cambiarlo todo.
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