lunes, junio 13, 2011

OTRA TARDE QUE PASA

Estaba sentada en esa esquina, una niña-mujer que esperaba. La brisa acariciaba su pelo y levantaba levemente la fina tela de su vestido. La gente caminaba, distraída e ignorante del mundo que se desarrollaba en la mente nerviosa de esa niña-mujer,

Habían pasado años desde esa última vez, de aquel momento en el que la incertidumbre había podido más que su fe, momento en que su miedo a llorar le ganó la batalla a sus ganas de reír.

Miró el reloj una vez más era tarde... Pero ya sabía que "quien espera lo mucho espera lo poco". Sacó de su bolso  una libreta y un bolígrafo y distraída sorbió su taza de té.

Dibujó con palabras y en breves instantes, el brillo y la cálidez del sol que sonrosaba sus mejillas y del cual ocultaba unos ojos sonrientes detrás de unas gafas oscuras y gigantescas... Dibujó el fuerte y envigorizante sabor de su infusión, desde las notas picantes al tocar su lengua, la calidez que dejaba en su garganta y las gotas que bañaban sus labios...

Sus labios...

Su pluma se deslizaba atrapando en cada trazo una nueva historia, una nueva sinfonía, las notas dulces de la caricia de esos labios, sus labios, el compás casi mágico de sus manos sobre una cintura expectante, el susurro de las prendas que caían al suelo tras ser despojadas por la desesperación de dos amantes que se encontraban una y otra vez en una danza más antigua que la vida misma.

Dibujó su corazón acelerado, el temblor de su estómago, la anticipación que crepitaba en sus entrañas como el fuego de una hoguera.

Un sonido la sustrajo de la ensoñación, miró nuevamente a su alrededor...

Esperaba y los segundo pasaban al igual que frente a sus ojos toda una vida que apenas acababa de iniciar.

Esperaba como esperó una vez, con la misma ansiedad de la adolesencia, como aquel día en que volvió a verlo...

Una margarita fue posada sobre la mesa, sobre su libreta, una mano familiar sobre su hombro, unos labios sobre sus oídos...

"Hola Mi Amor"

Y en ese instante, con una sonrisa en los labios... las palabras estaban de más.

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