Anoche me dejé perder en el sueño de tus labios sobre mi cuerpo, en la fragancia de nuestro sudor embargándonos. Me aferré a tu espalda como al salvavidas que me iba hacer emerger, grité de placer mientras susurrabas palabras inconexas a mi oído, me deleité en cada botón despojado que dejó al descubierto tu piel. Reí de pura alegría al ver tu rostro tan expresivo, al ver la forma en la que solo con mis labios y mis manos te podía enloquecer. Rogué porque ese momento nunca se acabara, por estar así contigo para siempre. Las mañanas son frías y vacías y en ellas casi no puedo soñar.
4 comentarios:
lo peor de esos momentos es que acaban! :(
cama vacia ahora pero que en un momento ocupamos y volveremos a ocupar....
Somos seres que caminamos en circulos nosotros los humanos.
Que bello! Me encanta volver a leerte, y leerte de una manera tan viva, el amor revitaliza.
Un abrazo.
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