El ser humano dentro de su “inmensa” (dígase escasa) sabiduría siempre ha encontrado la forma de dejar atrás sus sueños y concentrarse en todo aquello que es “verdaderamente importante”. El dinero se ha convertido en el representante #1 de Dios en la tierra, al doblar las esquinas parece que solo aquellos que lo poseen tienen razones para sonreír.
El éxito se esconde detrás de una promoción en el empleo y un fracaso familiar. El amor ahora se define en un juego entre dos o más idiotas en el que los sentimientos son el último recurso y la diversión el fin absoluto.
Caminamos todos en una misma dirección… Hacia ninguna parte, sin importarnos a quien pisamos en el camino y sin desviarnos de una meta impuesta por un ambiente predispuesto por alguien más.
Ahora el concepto de lo BUENO es relativo y a única y exclusiva conveniencia. Y los derechos son solo bromas escritas de las que todos se ríen.
El éxito se esconde detrás de una promoción en el empleo y un fracaso familiar. El amor ahora se define en un juego entre dos o más idiotas en el que los sentimientos son el último recurso y la diversión el fin absoluto.
Caminamos todos en una misma dirección… Hacia ninguna parte, sin importarnos a quien pisamos en el camino y sin desviarnos de una meta impuesta por un ambiente predispuesto por alguien más.
Ahora el concepto de lo BUENO es relativo y a única y exclusiva conveniencia. Y los derechos son solo bromas escritas de las que todos se ríen.
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