CIRCULO VICIOSO

Estaba nuevamente adentrándose en un círculo vicioso, mentiras, traiciones, sonrisas fingidas y sobre todo ÉL…. Pensó que ya había sacado de su sistema cada gota de veneno que sus besos habían dejado atrás, con más veneno pero diferentes besos.

Sumergida en esa nube negra que iba y venía como se le antojaba, miraba la rutina del ventilador  mientras pensaba en todas las excusas que podía inventar para pasarse al menos una década en ese estado.

El volverlo a ver había despertado un hambre que pensaba dormida, un deseo que no se parecía en nada a sus juegos de niña, sin duda la hizo volver a apreciar una botella de alcohol como substituto de  un hombro amigo al que de no le gustaba recorrer.

La imagen de su cuerpo esbelto, bronceado, sus ojos almendrados y de copiosas pestañas, sus labios tan invitadores como la última vez que dejaron un rastro sobre su piel.  La sonrisa más pícara y traviesa que haya encontrado en todos sus años de vida y esa camaradería que aborrecía por no ser exactamente lo que deseaba.

Desde ese encuentro tan corto, sus sueños se resumían a una sola cosa, Él, no existía una sola esquina de sus pensamientos que no se viera asaltada por el recuerdo de eso sentimientos que la hicieron sentirse como la reina del mundo. Pero sabía que no lo soportaría una vez más, que con un quiebre de esa magnitud simplemente dejaría de SER…

Y sabía tan seguro como tenía claro que moriría algún día que todo era producto de su imaginación, las miradas, el sutil apretón, el beso prolongado en su mejilla, nada de eso había sucedido en realidad…. Él no sentía nada, así como nunca lo había sentido.

Quizás el “algún día” de su muerte estaba más cerca de lo que pensaba, al menos si había algo cierto era que a su corazón solo le quedaban pocas horas… cerró los ojos y recordó.