CAMINO

Camino por un muelle que lleva al concreto azul contra el que me golpeo en caída libre, camino sin conocer a donde voy o que haré cuando llegue a donde no debo estar.

Camino hacia los claustros de la libertad inventada por los diarios y revistas, camino sin saber por qué camino o para qué.

Reviso mi historia de pérdidas y victorias, veo el pavimento que repleto de navajas, de botellas vacías e historias sin terminar, se ríe a carcajadas de quien no soy y de quien nunca seré.

Porque se marcharon de mi cama los personajes sin trama, las mentiras tan reales que me hacían sonreír.

Las flores marchitaron en un líquido rojo y espeso que no llego hasta sus pétalos y el olor a muerte baila a mí alrededor como el recordatorio de que nada es para siempre.
Envuelvo los brazos a mi alrededor para mantener el frío de esta soleada mañana alejado de mí, los rayos del sol atraviesan mi piel anestesiada como ávidos puñales de hielo, mi sonrisa ya no da para más pero es lo único que tengo para no tener que escuchar… ¿Qué te pasa? ¿Hay algo mal?...

Nada, siempre será mi respuesta, rápida, eficiente, cortante y sin sentido. ¿Qué es la nada que no sea el todo? ¿Qué es el todo sino la nada de otra persona? Reciclaje de sentimientos ajenos en el contenedor equivocado.

Mentiras contadas para calmar las almas excitadas por la esperanza de no desesperar solas. Camino como empecé, con frío, con miedo, sola y sonriendo.