miércoles, abril 30, 2008

DESVARIOS

Aún no entro a la ducha, miro a todos lados y la claridad del sol maltrata mis ojos. Reviso mis escritos y me encuentro inconforme con cada oración que ha salido de mis dedos desde que puedo recordar.

Aún no empiezo a apestar, eso es bueno, significa que me quedan los minutos en los que tarda el calentador en calentar. Últimamente están sucediendo muchas cosas inesperadas y por ende muchas cosas para las que no estoy preparada. Mi cuerpo empieza a reaccionar de la forma en la que siempre lo hace, un dolor de garganta, un dolor de cabeza para recordarme que no soy tan etérea ni tan ligera como las nubes, que mis piernas son más fuertes de lo que parecen porque sostienen un peso mayor del que salta a la vista.

No me gusta el café, por eso no c lo que podré ingerir parar darme algo de fuerzas, miro mis manos y hago una nota mental “necesito una cita en el salón”, porque serán unos minutos para olvidarme del mundo.

Luego miro mi celular y recuerdo que no me puedo desentender del planeta completo mi adicción a la comunicación lo hace imposible.

Estoy leyendo un libro nuevo que me tiene atrapada y de todas formas es posible que lo lea volando como suelo hacer con todos, porque mi velocidad visual es mayor que mi capacidad de disfrute.

Una alarma automovilística suena a lo lejos, quisiera poder gritar para opacar su sonido pero recuerdo que me duele la garganta y prefiero seguir en silencio.

Dentro de poco me podré duchar, saldré a la sala y me encontraré sola nuevamente sin mucho o nada que hacer y volveré a estas páginas, con una queja nueva sobre el mundo, sobre mi mundo o sobre los mundos. Sobre mi habilidad para complicar las cosas y sobre mis constantes contradicciones.

1 comentario:

DrLacxos dijo...

parece que el sucio te hace pensar...